Orientación y Psicopedagogía
Niños Autónomos
El concepto autonomía “se refiere a la adquisición de una progresiva capacidad del niño para valerse por sí mismo en los distintos planos de su actuar, pensar y sentir. Ello posibilita gradualmente su iniciativa e independencia para escoger, opinar, proponer, decidir y contribuir, junto con el asumir gradualmente responsabilidad por sus actos ante sí y los demás” .
Tras esta definición comprendemos que el desarrollo positivo de la autonomía entrega herramientas a los niños y niñas para enfrentar adecuadamente situaciones de la vida diaria, les permite desarrollar la simple capacidad de decidir entre el jugo de sabor naranja o de piña y también escoger algo tan complejo como la Carrera profesional que desea estudiar. Además de permitirles resolver con propiedad, les enseña a asumir consciente y reflexivamente sus responsabilidades ante diferentes acciones.
La autonomía se educa, y en esta enseñanza, los principales formadores serán los adultos , quienes a partir de modelamiento de las conductas enseñarán el desarrollo de éstas, partiendo desde el conocimiento de que un niño es autónomo cuando es capaz de realizar por sí solo actividades propias para su edad, tanto en el hogar como en el Colegio y deben estar relacionadas con hábitos de higiene, vestido, comida, relaciones sociales y tareas del hogar, todo aquello que no implique peligro para el menor. Para fomentar la autonomía es importante que el adulto proporcione espacios para la toma de decisiones y la resolución de problemas, estimulando el razonamiento (no ofrecer soluciones inmediatas), entregando constantemente refuerzos positivos, reconociendo logros (estímulos verbales), enseñarles a enfrentar los problemas o dificultades más que tender a protegerlos de ellos. Humberto Maturana dice que no hay ningún niño que le guste que le vaya mal en la vida, pero los adultos les hemos quitado la posibilidad de hacerlo. Les hemos dicho que rápido, fácil y entretenido es el camino, pero nadie logra nada con eso y, en cambio, nos parece terrible decirle que trabajo sistemático, esfuerzo y disciplina es igual a logros y que no hay otra forma de tocar bien la guitarra, pintar bien, saberse las tablas que con trabajo.
Desarrollar la autonomía en los niños traerá consigo resultados positivos, se formarán sujetos más responsables, seguros de sí mismos, con elevadas expectativas de sí, perseverantes, con alta capacidad de razonamiento lógico, hábiles socialmente, empáticos, líderes positivos, y felices. Gran parte de la felicidad de un niño se construye a través de sus logros personales, los cuales alcanza cuando logra tareas tan básicas como atarse los cordones o limpiarse la nariz. Se debe dar espacios para que los niños crezcan, se equivoquen, tropiecen y se levanten; como adultos hay que acompañarlos, orientarlos y mediar su camino, nunca actuar por ellos. Confundimos el concepto amor con el asistencialismo y sobreprotección. Cuando un padre le hace todo para que el hijo no sufra, nada le cueste, porque cree que así será feliz, está equivocado. El amor es otro concepto, es respeto y empatía, y cuando hablamos de empatía significa conectarse con el otro para ver qué es él realmente y no lo que uno quiere que sea. Y si nos sujetamos a eso, entenderemos que los niños tienen sus propios ritmos”
Roxana Ortíz D.
Equipo de Orientación y Psicopedagogía