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Lenguaje y Comunicación
“Las tecnologías de la información han dado origen a la llamada cibercultura que ha transformado nuestra forma de comunicarnos y de informarnos, pero también está teniendo profundo impacto en nuestra manera de vivir, pensar y estar con los otros. Diversos autores han estudiado esta verdadera revolución comparable a la producida por la invención de la imprenta. Hay quienes valoran esta nueva ‘sociedad de la transparencia’ en curso –que hace más democrático el acceso al saber y al poder –, otros en tanto, advierten el peligro de que ésta se transforme en una sociedad del control: “incluso algunos hablan de una demencia digital”.
Pero si esto es así, ¿Cómo se explica hoy que tanto la comprensión como la producción de textos de nuestros estudiantes no sea satisfactoria? O ¿Por qué hay personas, adultas inclusive, que no saben diferenciar entre “ahí”, “hay” y “ay”? Para nosotras como docentes del área, la explicación es bastante más fácil de lo que aparenta. Sólo quien domina la lengua como sistema formal de comunicación y sus reglas de combinación, puede discriminar y hasta decidir relajar su uso, porque es consciente de que lo hace y logra adecuarse bien según lo amerite la situación comunicativa o el contexto. Sin embargo, la ignorancia respecto de las normas gramaticales, las estructuras textuales, e incluso el escaso dominio de un vocabulario formal, esto es, términos más precisos y abstractos, hacen que la capacidad intelectual de nuestros alumnos (y la de cualquier persona) se empobrezca y reduzca sólo a un uso limitado del lenguaje, no porque el hablante decida hacerlo, sino más bien, porque no puede hacerloPero si esto es así, ¿Cómo se explica hoy que tanto la comprensión como la producción de textos de nuestros estudiantes no sea satisfactoria? O ¿Por qué hay personas, adultas inclusive, que no saben diferenciar entre “ahí”, “hay” y “ay”? Para nosotras como docentes del área, la explicación es bastante más fácil de lo que aparenta. Sólo quien domina la lengua como sistema formal de comunicación y sus reglas de combinación, puede discriminar y hasta decidir relajar su uso, porque es consciente de que lo hace y logra adecuarse bien según lo amerite la situación comunicativa o el contexto. Sin embargo, la ignorancia respecto de las normas gramaticales, las estructuras textuales, e incluso el escaso dominio de un vocabulario formal, esto es, términos más precisos y abstractos, hacen que la capacidad intelectual de nuestros alumnos (y la de cualquier persona) se empobrezca y reduzca sólo a un uso limitado del lenguaje, no porque el hablante decida hacerlo, sino más bien, porque no puede hacerlo.La incapacidad para verbalizar el propio pensamiento es lo más preocupante, porque restringe el avance intelectual. Se nota menos en el lenguaje verbal oral, porque es más instrumental y se combina con otros soportes que ayudan a la expresión, como el uso de gestos y movimientos corporales, pero es en la expresión escrita donde vemos realmente el problema, para el desarrollo y avance del pensamiento y para la continuación de estudios superiores que requieren de estas competencias.
Pese a lo que muchos puedan pensar, la escritura coherente y expresiva del pensamiento, no está pasada de moda. Renunciar a ella por la comodidad de la inmediatez comunicativa, sólo hipoteca el avance intelectual de nuestros estudiantes. Por eso es importante escribir y escribir bien.