El año 2010 el área de Psicopedagogía del Colegio atendía a los alumnos/as que eran derivados por las distintas Jefaturas y Profesores de asignatura, pues éstos observaban alguna necesidad educativa que requería de intervención. En primera instancia se apoyaba al alumno/a, realizando reforzamientos en las materias descendidas y en algunos casos se implementó la necesidad de evaluar con baterías psicopedagógicas que permitieran tener una mirada más amplia de las posibles necesidades que presentaban y cuando nuestro apoyo no era suficiente para que el alumno/a superara las dificultades que entorpecían su óptimo aprendizaje, se solicitaba a los Padres la derivación a algún especialista determinado para que con sus sugerencias realizáramos un trabajo en conjunto.

Con el pasar del tiempo, en el año 2014, se presentó la oportunidad de recibir en nuestro colegio a una alumna en práctica de Educación diferencial, ella fue Cynthia Barrios, “tía Cynthia”. Su impecable trabajo, dedicación y buena disposición hicieron que su presencia se volviera indispensable y permanente. Cynthia apoyó el trabajo que se venía realizando y aportó con nuevos conocimientos al área, pudiendo también, con su presencia, atender a una mayor cantidad de alumnos/as con necesidades educativas transitorias y/o permanentes.

En el año 2017 se requirió de la presencia de una técnico en Educación diferencial que realizara apoyo permanente, tía sombra como se le llama a esta función, por lo que ingresa a nuestro establecimiento Bernardita Castillo “tía Berni”, Técnico en Educación diferencial, quien vino a cumplir el papel de apoyo permanente y quien, con su bondad, dedicación y esfuerzo permanentes, se vino a ganar el corazón de todos los integrantes de ésta, nuestra Comunidad educativa.

Luego de la pandemia y con el retorno a clases presenciales, se vio reflejado en el cotidiano el aumento de casos de salud mental que ésta generó, por lo que debimos cumplir el rol de ser un pilar de contención emocional, sin dejar de lado el aporte en el apoyo a los aprendizajes de los niños/as, que se había visto afectado por la situación imperante. La necesidad de atender esta nueva realidad, además de apoyar en forma constante a algunos de nuestros estudiantes, hizo necesario convocar a nuevas integrantes al equipo. Primero llegó Daniela Espinosa “tía Danny” (2022) y, posteriormente, Claudia Gutiérrez “tía Claudia” quienes como “tías sombra” debieron aportar a cada niño a su cargo, su compañía, cuidado, atención, generar vínculos, llevarlos a los aprendizajes que se esperaba pudieran alcanzar y más allá, porque no hay techo en los aprendizajes para esta tarea y de lo cual nos sorprendemos cada día por los avances logrados.